Las mejoras dietéticas son necesarias para mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedades crónicas. A la par muy duras y prácticamente imposibles para muchos.
Una manera de poder realizar estos cambios sin frustración ni culpa es entendiendo. Porque al igual que la dieta es importante, la liberación emocional también lo es. Van de la mano 👫
Desde el momento que tu cerebro entienda, pone fin al trauma y elimina ese pensamiento tóxico
Leo Pruimboom
Mirando hacia atrás en el tiempo, podemos concluir que nuestra especie está diseñada para reproducirse rápidamente y NO para tener una vida longeva. Vivir y reproducirse rápidamente antes de morir. Así hemos sobrevivido millones de años y hemos llegado al punto donde nos encontramos ahora.
Aplicado a la alimentación pasa algo parecido, ¡comer comer que la vida se puede acabar!
Y eso todavía lo tenemos grabado en nuestros genes.
Algo curioso ocurre con la ingesta de lo dulce. Si lo comparamos con el pasado, al ver un árbol frutal, el cuerpo reacciona desactivando las hormonas de la saciedad para poder atribuirnos de tanta fruta como sea posible, ya que estás tienen menos cantidad calórica que otras fuentes de energía y la finalidad es la supervivencia a toda costa.
Todo pasa por algo
De ahí a que en nuestra sociedad actual tengamos tanto problema con el consumo del azúcar. El cerebro sólo piensa en atiborrarse de provisiones ilimitadamente por si hay hambruna en un futuro.
¿Qué hacemos entonces para evitar todo ésto? ¿Trabajamos psicológicamente para controlar nuestros impulsos?
Dependiendo del grado, pero una cosa sí te puedo decir: «Es casi imposible evitar comer dulces sin cambiar conjuntamente tus hábitos dietéticos».
Una alimentación correcta te dará saciedad y mucha facilidad para evitar entrar en el círculo de los carbohidratos refinados y azúcares.
Y la psicología tendría muchos más casos de éxito, si empezaran a tratar a sus pacientes empezando por el intestino.
¿Qué comidas nos atraen y por qué?
Los alimentos salados, ya que nos aportarían minerales rápidamente en un pasado, los azúcares y grasas, como fuente de energía y los crujientes, que de alguna forma nos diría que el alimento está en buen estado y le crearía un estado de seguridad en nuestro cerebro. Además, claro está del factor visual y olfativo.
Todo ésto está grabado en nuestro cerebro y nos dio la oportunidad de sobrevivir en el pasado, pero es nuestra sentencia de enfermedad crónica en el mundo actual.
Por la boca muere el pez 🐟
¿Qué es lo que ocurre hoy en día?
Las industrias han estudiado todos estos aspectos y ya conocen nuestro cerebro. Ellos nos ofrecen la «perfecta» combinación de ingredientes para que la comamos y veamos el cielo en ese momento, creando dependencia para seguir consumiendo su producto crónicamente.
¿Qué me dices de una chocolatina crujiente o de unos nuggets de pollo con salsa agridulce?
Tiene todos estos aspectos que nos atrae: energético, salado y crujiente. Este tipo de «alimentos» NO los necesitamos en nuestro día a día. Uno porque son productos refinados dañinos para la salud, y otro porque NO existe alimento de estas características en la naturaleza.
Si comes los originales te aseguro que no tendrás problemas en cambiar o continuar tu estilo de vida, ni te crearán dependencia.
Si le sumamos a ésto que somos «gandules» por naturaleza. Es decir, que no queremos gastar energía sin necesidad, necesitábamos ahorrar la máxima cantidad de energía posible para sobrevivir en un pasado.
Interesante combinación que, si la entendemos, será más fácil «luchar» contra ella ya que contra las grandes industrias sí que es necesario muchas veces ser «gandul» y no gastar energías innecesariamente. Ver, oír y reflexionar 🤔
Coge tu camino con conocimiento, decisión y te llevará al éxito
¿Tienes hambre o ganas de comer?
Aquí entra en juego la ghrelina, la cual nos indica con su rugido estomacal cuando necesitamos comer.
El hambre real suele aparecer cuando llevamos una forma adecuada de alimentación y necesitamos comer. Una alimentación basada en carbohidratos refinados y azúcares nos proporcionará una señal falsa puesto que este tipo de alimentación nos desestabilizará la insulina produciéndonos un ansia continua de comer. Sin embargo, si eliminamos o reducimos la cantidad de carbohidratos y azúcares de nuestra dieta y los suplimos por grasas saludables en abundancia y proteínas en cantidad suficiente, evitaremos esa desestabilidad de la glucosa en sangre, proporcionándonos estabilidad de nuestra ansiedad, tanto a nivel alimenticio como a nivel psicológico.
¿Por qué no ha cambiado nuestro cerebro desde hace 50.000 años adaptándose a nuestro nuevo estilo de vida?
No morimos por nuestros hábitos de vida. Seguimos alimentándonos de forma incorrecta, estamos más enfermos que nunca, pero sin embargo continuamos reproduciéndonos. Por lo tanto, esa adaptación no es necesaria para nuestra supervivencia.
Entender todo ésto y ponerlo en práctica lleva su tiempo.
Disfruta de los alimentos sin depender de ellos, tómate tu tiempo para realizar los nuevos cambios dietéticos y no te frustres por no poder hacer lo mismo que los demás porque, ¡eres únic@! 🦄
Si no empiezas tú, ¿quién lo va a hacer por ti?
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