¿Más vale solo que mal acompañado?

A parte de los déficits nutricionales que podemos tener las personas con enfermedad de Lyme crónica, hay otro déficit que no se ven ni son medibles con análisis de laboratorio, pero existen.

El amor propio, así como el cariño, entendimiento y respeto, que te pueden ofrecer otras personas de tu entorno en el camino hacia tu mejoría, es crucial para tu recuperación en general.

¿Quién se ha puesto enfermo estando enamorado?

¿Quién no ha mejorado su sintomatología después de una buena enriquecedora conversación, o llamada telefónica de apoyo?

Ahora revierto la pregunta:

¿Te has puesto enfermo de Lyme después de un trauma psicólogo, estrés, perdida de un ser querido, separación etc?

¿Se podrían revertir estos síntomas haciendo lo contrario? O sea, ¿mejorando la condición que te produjo el desencadenante de los síntomas?

El amor y comprensión, pueden tener más poder de lo que nos podemos imaginar.

Un estudio hecho por el científico Sheldon Cohem en Pittsburgh en el año 2005, en el cual inoculó un virus respiratorio vía nasal a dos grupos de pacientes. El primer grupo personas con apoyo de familiares, amigos y organizaciones. Y el segundo grupo sin apoyo.

Hubo una disminución marcada de las personas que se pusieron enfermas que tenían apoyo social, en comparación con los que no tuvieron ningún apoyo.

Mirando atrás en el tiempo, el epidemiólogo inglés William Farr en el siglo XIX comprobó que quien estaba casado tenía menores probabilidades de coger una neumonía, recibir intervenciones quirúrgicas, padecer cáncer o sufrir un infarto. Aunque los resultados también son susceptibles de ser interpretados al revés:

¿Es el matrimonio lo que mejora la salud, o la persona que tiene mejor salud tiene más probabilidades de acabar casado, según un proceso de selección natural para garantizar la reproducción de la especie?

Lo curioso de este último dato es que no diferenciaba las parejas que estaban felices en su matrimonio y las que no.

No quiere decir con ésto que son buenas las relaciones destructivas, pero quizás podemos reflexionar sobre la importancia fisiológica real de sentirnos acompañados.

Beneficios de mantener buenas relaciones personales:

-Disminución de la depresión.

-Aumenta la autoestima.

-Aumento de la hormona dopamina.

-Activa el sistema nervioso parasimpático.

-Disminuye la presión arterial.

-Ayuda a relajarse y desconectarse disminuyendo en estrés.

-Disminuye la inflamación.

-Fortalece el sistema inmune.

-Aumenta la longevidad.

Estamos aislados debido a nuestra enfermedad. No nos apoyan, ni nos entienden. ¿Cómo lo hacemos para poder encontrar a alguien que nos de la mano?

La figura de un psicólogo o coach puede ser crucial en esos momentos, a veces te puede ayudar más que el mejor de los tratamientos.

Hablo con Virginia Rosa, coach personal y enfermera, sobre la importancia de este tipo de figuras en personas con la condición Lyme.

«He comprobado con los años que las intervenciones en materia de salud emocional son primordiales para afrontar el proceso de forma más optimista. El desarrollar un proceso de acompañamiento en el que la persona afectada no se sienta incomprendida, que pueda desarrollar su propio potencial y sacar a la luz aquellas herramientas de las que se disponen para trabajar la aceptación del proceso que vivimos y el afrontamiento hacia la condición actual, son capacidades prioritarias para mí».

Tambien Virginia nos explica y recalca como coach personal, que nunca se le indica al cliente como debe de actuar ante los conflictos o situaciones que se le presentan, sino que se le entrena en el aprendizaje de gestión de posibilidades individuales, para que la persona pueda descubrirlas por sí misma.

Un amigo o compañero que tenga la enfermedad de Lyme crónica, puede ser también un gran apoyo, pero también puede ser un arma de doble filo. Ambos padecen la misma patología y se entienden, pero si uno de ellos o los dos tienen una actitud negativa, de frustración o destructiva, pueden entrar en un círculo de negatividad del cual es muy difícil de salir. Aunque mejores físicamente de la enfermedad de Lyme, no te darás cuenta porque psicológicamente seguirás atrapad@ en ella.

Por eso pienso que la figura de un profesional (psicólogo o coach) con conocimientos de la enfermedad de Lyme o un buen amigo/ pareja que te apoye, pueden ser herramientas muy eficaces para mejorar tu calidad de vida, entendiendo todo el proceso, sintiéndote acompañado en todo momento. Pero para ello también tenemos que empezar a trabajar con nosotros mismos.

Ábrete, acepta, olvida, aprende, ama, libérate, apoya, comprende, ayuda, aprecia, perdona, respeta, y verás que todo será más sencillo.

Y no olvides de cuidar los otros aspectos de tus hábitos de vida saludable como el entrenamiento, la correcta nutrición, exposición al sol, contacto con la naturaleza, hormesis y el tratamiento adecuado. Que, aunque el factor psicológico sea importante, no todo está en tu cabeza ❌🧠 💪🍋

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