Los enfermos de Lyme crónico no somos diabéticos, o por lo menos una gran parte, y nuestro páncreas segrega insulina perfectamente para regular la glucosa en sangre… Pensaran muchos, pero:
Se sabe que, en el caso de infecciones, el cuerpo actúa creando automáticamente resistencia a la insulina, o sea que los receptores de las células que deberían captarla se vuelven resistentes ésta, para que la insulina vaya junto con otros nutrientes directamente a una parte del sistema inmune y combatir dicha infección.
El estrés al que se somete al cuerpo por nuestras infecciones crónicas también hace que se eleve el cortisol (con sus consecuencias a la larga), la propia inflamación causada por las infecciones crónicas, reacciones autoinmunes y posible desregulación de la flora intestinal, también crea inflamación crónica de bajo grado (metainflamación) con la consiguiente resistencia en los receptores periféricos a la insulina.
Opino que éstos son motivos más que suficientes para que a través de la alimentación, poder controlar esos picos de glucosa, mejorar nuestro intestino, recuperar nuestra sensibilidad a la insulina, bajar la inflamación sistemática y poder darle así a nuestro cuerpo una oportunidad de recuperarse.
¿Qué piensan ustedes?
Algo que me parece muy interesante, son los efectos de cada comida en nuestro organismo y muchas veces se pueden confundir con los propios síntomas de la enfermedad de Lyme crónica, pero hay muchos que varían antes y/o después de nuestra ingesta de alimentos, los pasamos por alto y quizás se pueden controlar o mejorar, mejorando la nutrición.
Teniendo en cuenta lo dicho al comienzo de la publicación, los enfermos de Lyme se podrían ver beneficiados con la reducción del consumo de carbohidratos.
Diferentes personas tenemos diferentes tolerancias a los carbohidratos, dependiendo entre otras cuestiones, de la resistencia que tengan sus células a la captación de la glucosa.
Un poco más de carbohidratos podrían necesitar personas con mucho estrés (fatiga adrenal), problemas para dormir, embarazadas y personas que realizan más actividad física con requerimiento de glucógeno.
Por norma general, se suelen tolerar mejor los carbohidratos en forma de tubérculos, vegetales, fruta y bayas que los provenientes de los cereales y legumbres.
La hipoglucemia e hiperglucemia aunque son totalmente opuestas, van de la mano 👭. Cuando nos comemos por ejemplo un plato de pasta nos subirá la glucosa en sangre rápidamente elevando la insulina para luego caer esta glucemia rápidamente. Posteriormente nos sentiremos muy cansados y necesitaremos algo dulce o un café para tener más energía porque «el cuerpo me pide azúcar».
¿Es tu cuerpo que te pide azúcar o es una incorrecta alimentación y la imposibilidad que tus células capten eficientemente la glucosa, que te ha llevado a este estado de subidas y bajadas de azúcar en sangre?
Muy difícil romper este círculo vicioso, pero con fuerza de voluntad y con los conocimientos suficientes, ¡se puede! 💪💪
Signos de hipoglucemia:
- Aumento de energía tras cada comida.
- Ganas de comer dulces entre comidas.
- Irritación y/o temblores cuando tardas en comer o pierdes una comida.
- Necesitas cafeína o azúcar para tener energía.
- Mala memoria.
Signos de insulina alta:
- Cansado después de cada comida.
- Cansancio general.
- Siempre hambriento.
- Ganas de dulce que no se sacia comiéndolos.
- Necesidad de dulce después de cada comida.
- Aumento de grasa abdominal.
- Orina frecuente.
- Dificultad para perder peso.
- Aumento de apetito y ganas de beber agua.
- Dolores en diferentes partes del cuerpo.
Carencia de Magnesio con la insulina alta
El magnesio es utilizado por el páncreas para segregar la insulina y también para la fabricación de los receptores celulares de la insulina. Por lo que mientras más elevemos la insulina, más magnesio arrastraremos y desgastaremos, por lo que nos podrá afectar esa deficiencia de magnesio en multitud de funciones de tu organismo. Recuerda de la importancia de los minerales en el organismo aquí ▶Los minerales van de la mano.
Consejos prácticos
- Comer lentamente y mastica la comida correctamente.
- Disminuye la cantidad de carbohidratos total en tu dieta. (¡Ojo! Pero no por ello reducir las calorías totales, no queremos estar en déficit calórico porque crearía aún más estrés en nuestro organismo pudiendo afectar a la larga a la glándula tiroides).
- Aumenta el consumo de grasas saludables (en especial los ácidos grasos omega 3) como fuente de energía, por su efecto antiinflamatorio y para mejorar el ratio omega 3 omega 6.
- Come suficiente cantidad de proteínas, sobre todo con el desayuno de esa forma estaremos más saciados y sin crear grandes picos de insulina.
- Comer vegetales fermentados con las comidas. (Si los toleras)
- Suplementos como la canela, la berberina, el hongo maitake, melón amargo, cromo, vanadio, ácido alfalipoico, vitamina B3, B6 y Zinc, puede ayudar a regular la glucosa en sangre mejorando los receptores celulares de la insulina.
Pero claro que la base es la alimentación, ésto son sólo herramientas a probar en el caso de que la alimentación no sea suficiente.
*Un pequeño consejo particular para estabilizar la glucosa en sangre, es dar un paseo antes del desayuno (o almuerzo si hacemos ayuno intermitente) si nos encontramos bien.
El entrenamiento de fuerza (adatado a tu condición individual), es otra excelente herramienta. Ver artículos relacionados:
▶Entrenamiento con pesas en Lyme.
El comer las comidas más ricas en grasas saludables y proteínas durante el día (desayuno, almuerzo) evitará o reducirá esos bajones de energía para estar más productivos durante ese periodo, y dejar la comida más rica en carbohidratos para la cena y así poder utilizar esa bajada de energía tras la ingesta, para que nos ayude a descansar mejor si lo necesitas.
👉Si quieres leer consejos prácticos y directos de como descansar mejor, aquí ▶Dulces sueños
¡A por ello! 💪💪
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